Por eso siempre doy a mis clientes una serie de consejos antes de realizar la sesión. En primer lugar, la edad del recién nacido es aconsejable que no supere el mes de vida, ya que a partir de esta fecha los bebés están cada vez más despiertos y son más propensos a despertarse cada vez que les cambio de postura.
También suelo recomendar que el bebé no haya dormido justo antes de la sesión, preferiblemente que lleve un par de horas despierto para que llegue al estudio con muchas ganas de dormir.
Y a partir de ahí desnudamos al bebé y lo arrullamos para que esté calentito, y con muchos mimitos y cariño lo dormimos hasta que ya está listo para entrar a escena...
Este es el resultado...