Tengo que decir que cuando sus papás, Mónica y Juan, entraron por la puerta, Álvaro estaba berreando como loco, y me dijeron: "Ay Dios mío, que va a salir de esta sesión".
Yo sin embargo pensé: "Buena señal, este bebé seguro que se duerme bien". Y es que si hay un consejo que doy a los papás es que deben de intentar que el bebé haya estado despierto el máximo tiempo posible antes de la sesión ya que el objetivo es que esté dormido para las fotografías pues es así como conseguimos las mejores poses y por tanto los mejores resultados.
En este caso, Álvaro tenía ya un mes y con este tiempo empiezan a estar mucho más despiertos, por eso es muy aconsejable hacer las fotos del recién nacido cuando éste no supere las 2 semanas de vida, y preferiblemente durante la primera semana.
Aquí os dejo el resultado de esta sesión, fue fantástico poder cambiar de escenario y atrezzo con tanta facilidad.
Qué fotos tan bonitas, Laura! Me encantan!!
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