La princesa Sandra era una gran bailarina de ballet y le gustaba ponerse lazos y flores en el pelo para estar todavía más guapa y parecerse a su mamá pero a veces también se ponía vestidos negros y sacaba su lado más rockero y alocado, como su papá.
Un hada les contó el secreto para hacer una fantástica sesión de fotos... Les dijo que debían de traer unos ingredientes mágicos... Y así lo hicieron.
La Reina Isa echó para la pócima un montón de cariño y dos pellizcos de amor, el Rey Dani añadió dos onzas de diversión y un puñado de carcajadas, y por último... la pequeña princesa Sandra completó la pócima con mucha dulzura y millones de sonrisas.
El resultado, aquí lo tenéis...
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